IGLESIA
Ya casi no quedan camas UCI para atender a los pacientes por COVID-19. Los hospitales están al borde del colapso. En las casas donde ya se acabó el alimento, las personas tienen que decidir si siguen acatando la cuarentena, protegiéndose del virus, o se mueren de hambre. A muchos ya los despidieron de sus empleos. El precio de los alimentos ha subido. En solo dos meses todo lo que conocíamos cambió por completo El escenario es bastante desalentador, pero era lo que se esperaba. Sabíamos que en algún punto llegaríamos a esto. Con toda la preocupación, el estrés, el miedo, la incertidumbre, por la televisión y redes sociales se oye un mensaje: “Arrepiéntanse de sus pecados”, “Dios ha mandado juicio para ustedes, pecadores, lo han desobedecido”, “Al final Dios destruirá esta tierra, el juicio final viene ya” ¿Es en serio? La Iglesia (no hablo aquí de la Iglesia Católica que bastantes cuestionamientos anteriores tiene, sino de la evangélica) la institución que debería dar consuelo en esto...